El ex-presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Álex de la Iglesia, parece haber superado con creces la tensión que le rodeó en la gala de los Goya por la reciente entrada en vigor de la conocida como Ley Sinde. Y es que el cineasta se encuentra en Cartagena rodando ya su próxima película, La chispa de la vida, protagonizada por José Mota y Salma Hayek, que posiblemente será estrenada el próximo otoño en la Mostra de Venecia, donde De la Iglesia consiguió el año pasado el León de Plata al Mejor Director y al Mejor Guión por Balada triste de trompeta.
La historia versa sobre un hombre que "no encuentra trabajo, le rechazan, le humillan y, desesperado, busca el hotel donde pasó su luna de miel. Allí, en lugar del establecimiento hotelero, encontrará las ruinas de un teatro romano, donde tras dar un traspiés, acabará con su cabeza atravesada por un hierro y sin posibilidad de moverse ni un milímetro".
El director español ha reconocido encontrar cierta similitud con su situación actual, porque afirma que él también se crece ante la adversidad, y que en esos momentos es cuando la cabeza trabaja a toda máquina, generando las ideas y los pensamientos más fructíferos. "Cuando tienes problemas es cuando te funciona el cerebro a 200 por hora, cuando tienes fuerza, ganas e ilusión. Cuando hay estabilidad, lo único que genera son buenas comedias de Sandra Bullock", reconoció De la Iglesia.
Quizás los más peculiar de esta producción resida en la extraña pareja que se ha buscado para protagonizar esta historia, cuyo guión ha sido escrito por Randy Feldman. Respecto a esto, el director vasco afirmó que "José Mota se supone que es un humorista, pero para mí se parece más a Jack LaMotta, de Toro salvaje. Un tipo muy duro, muy reflexivo. Y Salma parece encantadora, adorable y francamente lo es. Pero tiene un punto, un carácter, una fuerza en la mirada que derribaría un directivo de una cadena de televisión".
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